Jesús sana al hijo de un noble, Juan 4:43-54

 


Jesús sana al hijo de un noble. Juan 4:43-54


Introducción


Antes de entrar en el pasaje de Juan 4:43-54, es importante recordar el contexto inmediato que lo precede: el encuentro de Jesús con la mujer samaritana en el pozo de Jacob (Juan 4:1-42). En esa conversación, Jesús rompe barreras culturales y religiosas al hablar con una mujer samaritana, revelándole su identidad como el Mesías y ofreciéndole el "agua viva" que satisface la sed espiritual. La mujer, transformada por este encuentro, se convierte en una evangelista que lleva a muchos samaritanos a creer en Jesús (Juan 4:39-42). Este episodio marca un momento clave en el ministerio de Jesús, mostrando que la fe verdadera nace del conocimiento personal y la aceptación de su palabra y persona.


Ahora, en Juan 4:43-54, el relato continúa con Jesús regresando a Galilea, donde realiza un milagro que reafirma la fe basada en su palabra y autoridad. Este nuevo pasaje introduce a un noble que, al igual que los samaritanos, es llamado a creer no por señales visibles inmediatas, sino por la confianza en la palabra de Jesús. Así, el texto nos invita a profundizar en el significado de la fe auténtica, que se fundamenta en creer en Jesús como el Mesías y en su poder para dar vida.



1. Jesús demuestra su poder y autoridad a distancia, llamando a una fe basada en su palabra (Juan 4:43-50)


Después de su estadía en Samaria, Jesús regresa a Galilea, donde es recibido favorablemente debido a la fama de sus milagros en Jerusalén. Un noble se acerca a Jesús, suplicándole que baje para sanar a su hijo gravemente enfermo. Sin embargo, Jesús no se desplaza físicamente, sino que le dice en Juan 4:50: 


|  Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue”


"Ve, tu hijo vive". Este acto revela que el poder de Jesús no está limitado por la distancia ni por la presencia física, sino que su palabra tiene autoridad absoluta.


Este milagro a distancia desafía la fe basada en la experiencia sensorial y exige una fe que confíe plenamente en la palabra de Jesús. El noble inicialmente esperaba una intervención visible, pero Jesús le invita a creer en su palabra, mostrando que la verdadera fe no depende de pruebas inmediatas, sino de la confianza en la autoridad divina de Cristo.


2. La fe (creer) en este pasaje es una confianza profunda y activa en la palabra de Jesús (Juan 4:48-50)


Jesús reprende a quienes solo creen si ven señales: "Si no viereis señales y prodigios, no creeréis". Esta afirmación revela una realidad humana común: tendemos a depender de pruebas visibles y milagros para sostener nuestra fe. Muchas veces, nuestra confianza en Dios está condicionada a experimentar circunstancias favorables o señales evidentes. Sin embargo, Jesús invita a una fe más profunda y madura, que no dependa exclusivamente de lo que vemos o sentimos.


El noble del pasaje es un ejemplo claro de esta fe genuina. A pesar de no haber visto aún la sanidad de su hijo, él cree en la palabra de Jesús y se va confiado. Esta actitud demuestra que su fe no es un simple asentimiento intelectual, sino una confianza activa y total en la autoridad y poder de Cristo.

La palabra griega para “creer” que se usa aquí es πιστεύω (pisteuó), derivada de la raíz πίστις (pistis), que significa fe, confianza y fidelidad. Este verbo implica más que aceptar una idea; es una entrega completa y una dependencia firme en la persona en quien se cree. En el contexto bíblico, pisteuó representa una fe que se traduce en acción, que mueve a la persona a confiar y obedecer, aun cuando las circunstancias parezcan inciertas.


John MacArthur señala que esta fe activa es fundamental para el crecimiento espiritual. No se trata de esperar pasivamente a que Dios nos muestre señales, sino de tomar su palabra como verdadera y vivir conforme a ella. El noble “tomó a Jesús en su palabra” y actuó con confianza, lo que es un modelo para nosotras como mujeres creyentes: necesitamos aprender a confiar en la palabra de Dios incluso cuando no vemos la solución inmediata.


Esta enseñanza es especialmente valiosa para nuestra vida diaria. En momentos de dificultad, incertidumbre o espera, podemos recordar que la fe auténtica no depende de pruebas visibles, sino de creer en la fidelidad y poder de Dios. Así, nuestra confianza en Jesús se convierte en un ancla firme que sostiene nuestro corazón y nos impulsa a seguir adelante.


3.  El pasaje enseña que la verdadera fe se basa en la palabra de Dios y no solo en los milagros visibles (Juan 4:51-54)


Al llegar a su casa, el noble recibe la noticia de que su hijo está sano desde la hora en que Jesús dijo en Juan 4:50-51: 


|  Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.” 


Este milagro confirma la autoridad de la palabra de Jesús y fortalece la fe del noble y toda su casa, quienes creen en Él. Este hecho subraya que la fe salvadora se fundamenta en la confianza en la palabra de Dios, no solo en la manifestación visible de milagros.

Cuando el texto dice: "Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa", se refiere a que el noble y toda su familia creyeron en Jesús como el Mesías y en su poder para sanar y dar vida. Este "creer" no es simplemente una aceptación intelectual, sino una fe profunda y confiada en la autoridad y divinidad de Jesús.

Específicamente, "creer" implica:

  • Reconocer que Jesús tiene poder sobre la vida y la muerte.
  • Confiar en que Jesús es el enviado de Dios.
  • Aceptar la enseñanza y la persona de Jesús como fuente de salvación y esperanza.


Conclusión

Este pasaje complementa y continúa el mensaje de Juan 4, mostrando que la fe auténtica nace del encuentro personal con Jesús y la confianza plena en su palabra, más allá de la necesidad de pruebas visibles inmediatas. Así, tanto la mujer samaritana como el noble representan distintos rostros de la fe que Jesús busca: una fe que cree en Él como el Mesías y fuente de vida.



Cita destacada

“El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa.” —  Juan 4:53. 


Querida hermana en la fe, te animo a que lleves contigo esta enseñanza y la apliques en tu vida diaria. Que la confianza en la palabra de Jesús sea el fundamento firme sobre el cual edifiques tu caminar espiritual. Recuerda que la fe no es solo creer cuando todo es visible y claro, sino confiar en Él aún en la incertidumbre, sabiendo que su palabra es vida y poder.

¡Bendiciones!

DeDorantesLaura

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Adornemos el evangelio, viviendo conforme a la sana doctrina. Tito 2:1-5”.



Referencias

  • MacArthur, John. Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Juan 1-11 . Moody Publishers, 1986.
  • Strong, James. Concordancia Exhaustiva de la Biblia de Strong . Abingdon Press, 1890.
  • Liddell, Henry George y Robert Scott. Un léxico griego-inglés . Oxford University Press, 1940.
  • Santa Biblia, Reina-Valera (RV60). Sociedades Bíblicas Unidas.


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